A lo largo de los 9 años trabajando en la fotografía digital, una de las situaciones que han ocurrido con mucha frecuencia, es la sorpresa de algunas personas al recibir las cotizaciones solicitadas, en repetidas ocasiones incluso solo desaparecen, sin decir absolutamente nada, algo que personalmente me parece una falta de respeto a mi persona y a mi tiempo.

Los clientes potenciales no son profesionales de fotografía, no saben de equipos fotográficos, desconocen los costos operativos, lo que cuesta la educación y actualización de conocimientos, mucha gente cree que ser fotógrafo es algo muy simple y que se cobra demasiado por eso. Varias personas ignoran por completo todo el esfuerzo, inversión, tiempo y energía que hay detrás para conseguir imágenes profesionales de calidad.

Este articulo no busca ser un espacio para polémica sino mas bien para educación; es fundamental entender que la fotografía se hace primero con la cabeza y luego con la cámara, la materia prima es la luz y solo con un bagaje cultural rico, experiencia laboral y creatividad artística personal, se puede conseguir resultados que de otro modo ninguna persona podría hacer, así sea con el equipo fotográfico de alta gama más moderno y costoso del mercado.

De la misma forma que en cualquier otra industria, tener las mejores herramientas no garantizan un resultado fenomenal, la fotografía es pintar con la luz, se trata de conocer sobre física, arte, tecnología y el elemento mas importante para los retratos, el aspecto humano, nuestra naturaleza y la manera en la que nos relacionamos. Es aquí donde cada profesional desarrolla un estilo de trabajo y elige los clientes con los cuales trabajar.

Existen muchas maneras de ser fotógrafo y hacer fotografías, existen diferentes rangos de precios por servicios fotográficos, el mercado fotográfico está en cambio constante, cada proyecto es distinto, cada cliente es distinto y también lo son sus necesidades, pero lo que todos tienen en común es que deben aceptar lo que reciben por lo que están dispuestos a pagar. Hay personas que se maravillan con las fotografías que encuentra en internet, pero no tienen idea de todo el trabajo que hay detrás, desconocen por completo el costo de preproducción, producción y post producción.

Si bien el avance tecnológico ha democratizado la fotografía, algo que no cambia es que hacer fotografía no es lo mismo que tomar una fotografía, porque al hacerla se hace primero con la cabeza, con todo el conocimiento y experiencia que se tiene al respecto sobre composición, triangulo de exposición, cultura visual, estilo artístico propio y más. Presionar un botón o una pantalla solo te convierte en un “toma fotos” no en un fotógrafo, copiar imágenes de internet no te hace alguien creativo, querer conseguir imágenes profesionales de gran calidad e impacto por unos centavos no es algo realista en ninguna circunstancia.

Uno de los grandes beneficios de ser un trabajador independiente, es que podemos elegir con quienes trabajar, solo una persona o empresa que tiene ciertas nociones básicas sobre el mercado fotográfico, que valora el porfolio fotográfico de un profesional, entendería mejor sobre el costo y valor de un servicio de calidad. Al final de todo lo único que siempre valoramos son nuestras memorias, atesoramos las fotografías personales porque nos transportan en el tiempo, nos conectan con las personas que queremos incluso aunque ya no estén, cuando la boda u otro evento especial termina lo único que nos quedan son esas bellas imágenes y que mejor manera de volver a revivir ese momento que con fotografías profesionales, las personas deben repensar esa idea de que los fotógrafos cobramos “muy caro”, nosotros sabemos cómo conseguir esas imágenes que tanto anhela y cuidamos cada detalle para hacer ese sueño realidad.

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